Meditación y yoga

Qué entiendo por meditación y yoga

Una vez te sientas en tu cojín, pliegas tus piernas, alargas la espalda y dejas que la respiración fluya libremente, solamente tú sabes qué haces con la mente. 

Una vez extiendas la esterilla y tomas la primera inspiración profunda que como una campana da el toque al inicio a la práctica, solamente tú sabes qué haces con la mente.

Ya sea a través de la expresión corporal con prácticas como el yoga y cualquier tipo de sensorialidad (práctica externa) o bien sentados con los sentidos adormecidos (práctica interna), la herramienta base que ejercitamos y el eje central sobre el que nos apoyamos es la atención.

Aquietar la entrada de estimulación sensorial, aquietar el movimiento y fluctuación mental y emocional, enfocar la atención de forma sostenida encontrando aquello estable, observar cómo funcionamos por dentro y por fuera, soltar tensiones, observar para descubrir lo que no somos y dejar espacio para lo que sí, generar espacios de silencio... 

Las bases anatómicas en el yoga aseguran una práctica sin dolor y el mantenimiento de los beneficios a largo plazo a nivel global (cuerpo, emoción y mente). Ahora bien, no por hacer una postura simétrica y una práctica regular, la práctica en sí es fructífera, ya que podemos estar obviando áreas esenciales. Por ello, parto de la base que el efecto de cada postura se origina en la calidad de nuestra presencia. Es un flujo, una combinación viva, de movimiento, postura (momentos de quietud, aunque sea quietud activa) y respiración, todas ellas entrelazadas y dirigidas por la atención. 

Parafraseando a Patanjali: Yogas chitta vritti nirodah ~ Yoga es la habilidad de dirigir la mente exclusivamente hacia un objeto y mantener esta dirección sin distracciones. ¿Cómo podemos seguir esta recomendación? El eje base de la mente es la atención; la mente, despierta y receptiva, atiende. La atención de por sí es constante, estable, tranquila. Meditar es asentar la atención sobre sí misma, atendernos atendiéndonos. Este acto tan simple lleva implícito una riqueza inmensa. La mente es de por sí inquieta, fluctuante, dispersa. Pero la atención no. Dónde y cómo atendemos es clave. Al final, somos aquello que atendemos.

Beneficios de la meditación

Por nombrar algunos, a día de hoy se han concluido los siguientes beneficios derivados de un estilo de vida que incluya la práctica habitual de mindfulness:

1. Aumenta la capacidad de concentración. Disminuye la distracción. 

2. Refuerza la actitud y relación "respiración, cuerpo, estar presente, calma". Reduce el estrés y la ansiedad. 

3. Refuerza las estructuras neuronales del cerebro, la producción hormonal y el sistema nervioso.

4. Ralentiza la curva del envejecimiento. 

5. Regula la inteligencia emocional. Refuerza la auto-regulación. 

6. Mejora las habilidades cognitivas a través de la observación activa sin juicios. 

7. Mejora la toma de decisiones. Disminuye el piloto automático y la reacción emocional descontrolada.

8. Mejora los ciclos del sueño. 

9. Mejora la gestión del dolor. 

10. Incentiva la creatividad y las habilidades sociales. 

11. Mejora la conciencia y coordinación corporal.